Bonilla, Herran, Vasquez: Bonilla, Herran, Vasquez

There are few exhibitions dedicated to Colombian photographers. There are more rare, if not nonexistent, exhibitions that bring together their works and that allow us to appreciate them as a whole. To begin filling this wide gap noticeable decade after decade in our history, is presented this collection of works by three creators of different origins and trajectories: Patricia Bonilla, Monika Herrán and Laura Vásquez, in a combination of historical artworks, unpublished works and very recent projects.

"Bonilla’s El Colombia color (1979-1985) is an acid and humoristic review of the Colombian women stereotypes. This series, participant in the Sao Paulo Biennial (1983) among other avant-garde events in that period, is an anticipated deconstruction of the roles assigned to women in our culture, from the self-portrait. El Colombia color had not been exhibited in three decades until now, forthwith shows a remarkable and surprising present: a dreamlike journey, occasionally caustic, but essentially warm by popular culture. In her roles as a virgin, hippie, widow, prostitute or heroine, or even dressed up as a man, selling raspaos, Bonilla anticipated the critical interpretation of gender roles in Colombian art, being without a doubt a pioneer, as she was in photographic experimentation, combining procedures and visual sources."

- Santiago Rueda

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Son pocas las exposiciones dedicadas a los fotógrafos colombianos. Son inusuales, por no decir inexistentes las exhibiciones que reúnan sus obras y permitan apreciarlas en su conjunto. Para comenzar a llenar este gran vacío que se deja notar década tras década en nuestra historia, se presenta esta colección de obras de tres artistas de diferentes orígenes y trayectorias: Patricia Bonilla, Monika Herrán y Laura Vásquez, en una combinación de obras históricas, obras inéditas y proyectos recientes.

“El color Colombia (1979-1985) de Bonilla es una revisión ácida y humorística de los estereotipos de la mujer colombiana. Esta serie, participante de la Bienal de Sao Paulo (1983) entre otros eventos de vanguardia de ese período, es una temprana deconstrucción de los roles asignados a las mujeres en nuestra cultura, a partir del autorretrato. “El color Colombia”, que no se había expuesto en tres décadas, muestra inmediatamente un presente notable y sorprendente: un viaje onírico, a veces cáustico, pero esencialmente cálido, a través de la cultura popular. En sus roles de virgen, hippie, viuda, prostituta o heroína, o incluso disfrazada de vendedor de raspaos, Bonilla se anticipó a la interpretación crítica de los roles de género en el arte colombiano, siendo sin duda una pionera, como lo fue en el campo fotográfico experimental, combinando diferentes procedimientos y fuentes visuales.”

- Santiago Rueda