En la chatarra veo los huesos de la guerra corporativa: Falón Cañón
Here is a more profane discussion about the size and relevance of things that serve as a joke due to their erotic connotations, a prejudice that determines the measurement of man from his vertical axis, measuring by ergonomic parameters, the sufficiency of masculinity and filling with anxiety many who fail to comply. You hear it said over and over again that size doesn't matter, but repeating this phrase doesn't necessarily make it true.
With derision, the acquisition of adult toys has also been colored by rumor when it borders on exaggeration: A huge, latest-model automobile can generate glances and desire, but it could also be understood as a symbol of virile compensation or class insecurity. These doubts also rest on the arts and entertainment, in which at times it seems to be a race for whoever achieves the most overstimulating and exaggerated experience: the most violent drug movie, the most ridiculously expensive skyscraper hotel, the art biennial. with greater investment per square meter. “Big aestheticism for a big void” seems to be the slogan, but instead of being resolved, the gap seems to be getting bigger and bigger.
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Existe una discusión más profana sobre el tamaño y relevancia de las cosas que sirve de broma por sus connotaciones eróticas, un prejuicio que determina la medida del hombre desde su eje vertical, midiendo por parámetros ergonómicos, la suficiencia de la masculinidad y llenando de ansiedad a muchos que no logran cumplirla. Se escucha decir una y otra vez que el tamaño no importa, pero la repetición de esta frase no la hace necesariamente cierta. Con sorna, la adquisición de los juguetes adultos ha sido también teñida por el rumor cuando roza la exageración: Un automóvil enorme de último modelo puede generar miradas y deseo, pero también podría entenderse símbolo de una compensación viril o inseguridad de clase. Dichas dudas se posan también sobre sobre las artes y el espectáculo, en los que por momentos parece llevarse una carrera por quien logre la experiencia mas sobrestimulante y exagerada: la película de narcos mas violenta, el hotel rascacielos mas ridiculamente costoso, la bienal de arte con mayor inversión por metro cuadrado. “Esteticismo grande para un gran vacío” pareciera ser la consigna pero el hueco en vez de resolverse se intuye cada vez más grande.