
Juliana Góngora b. 1988
El sembrado
Cortamos el fique en rama y lo deshilamos sobre una superficie. Prontamente tenemos una cama de hebras tejidas unas con otras que humedecemos y cubrimos con una mezcla de tierra, arcilla roja y melaza.
En las próximas semanas seguimos cuidando el suelo, ayudando a tapar poros, reparando grietas, haciendo la piel más gruesa, pasando de la arcilla y la arena a la cal.
La siembra
Preparamos las hileras limpiando el suelo; el tejido de semillas que sanará la mente. Pintadas con almidón de yuca y ferroxido, cada pepita, dispuesta en orden y con intención, permitirá lo dulce. Mientras aguardamos por la cosecha peinamos la tierra con peines de yuca.